martes, octubre 31, 2006

Perros y amos, ¿quién es quién?

Pareja ganadora del concurso de parecidos entre perros y sus amos en Key West, Florida (Estados Unidos). Sin palabras. Guau guau.

lunes, octubre 30, 2006

Festival vegetariano

Un hombre tailandés se perfora las mejillas con pinchos durante el festival vegetariano en Phuket, Tailandia. El festival celebra la creencia de que la abstinencia de la carne durante el noveno mes lunar del calendario chino ayudará a obtener buena salud y paz mental. Sí sí, lo que tú digas.

domingo, octubre 29, 2006

Coca-Cola... con tenedor

Cuando se cree que todo está inventado, Estados Unidos nos demuestra que el imposible es posible. Si la Coca-Cola no sólo es ya el refresco más bebido del mundo, el que más presencia tiene en cualquier rincón del planeta, un cocinero norteamericano ha decidido reinventarla. No contentos con los caramelos, los chicles, los helados o, incluso, los flashes que se consumen en la infancia; ahora también se puede tomar frita. Así, convertida en un empalagoso buñuelo, la Coca-Cola ha triunfado como nunca antes: tanto que, tan sólo durante las dos primeras semanas de Feria Estatal de Cocina de Texas, se han vendido 16.000 tazas de pelotitas pegajosas.
El artífice de semejante invento es un cocinero experimental, Abel González Jr., famoso hasta ahora por reinventar platos comunes como ya hiciera en 2005 cuando vendió la friolera de 20.000 sándwiches fritos de manteca de cacahuete, mermelada y plátano en la misma feria. Sin embargo, González Jr. jamás se imaginó que su participación en la Feria de Cocina de Texas iba a traerle semejantes consecuencias. No sólo ha ganado el premio al mejor plato de la Feria sino que, además, ha provocado una oleada de demanda por parte de los consumidores, fritos, nunca mejor dicho, por probar el invento.

sábado, octubre 28, 2006

La fin del mundo

Escúchenme bien lo que les voy a decir: tenemos "la fin del mundo" aquí mismito, a la vuelta de la esquina. Bueno, no lo digo yo, que de profeta tengo lo justo, ni siquiera los Testigos de Jehová, auténticos expertos en la materia, no en vano llevan pronosticando "la fin del mundo" desde mediados del siglo XIX, a razón de media docena de armagedones por década. No. Lo dicen los ecologistas de Adena, que de esto también saben un huevo (de avestruz).
Los expertos de esta oenegé, seguramente tras examinar las entrañas de una oca fallecida a causa del cambio climático, han llegado a la conclusión de que "la fin del mundo" ocurrirá en 2050, no sabemos si por la mañana o por la tarde. ¿Cómo sucederá? Pues en realidad no será a causa de un cataclismo espectacular: el impacto de un meteorito, el deshielo súbito de los casquetes polares, una película de Almodóvar sobre Isabel la Católica o cualquier otra catástrofe planetaria de magnitud similar, siempre tan agradecidas por Hollywood por aquello de los efectos especiales, sino sencillamente porque, según los cálculos adénicos, en esa fecha se acabarán la comida y la energía en la Tierra.
Acabar así con diez mil años de civilización humana, estarán ustedes de acuerdo conmigo, es algo bastante deprimente. Hombre, puestos a irnos a tomar por saco, lo suyo sería hacerlo con un mínimo de elegancia, dejando el legado de una epopeya presentable, como las que relata la Biblia, con sus diluvios y tal. Pero es que los científicos ecologistas tienen un sentido de la épica muy limitado.
Mas, como toda maldición, el negro vaticinio de los verdes deja abierta una puerta a la esperanza. En efecto, en este informe apocalíptico, que me tiene sin dormir desde hace varios días, hay una posibilidad de evitar que la vida desaparezca del planeta. Se trata de adaptar nuestras economías al único modelo político que ha demostrado ser capaz de aunar un crecimiento económico apabullante y unas altísimas cotas de libertad y bienestar para la ciudadanía con el más exquisito respeto a la ortodoxia del llamado "desarrollo sostenible". ¿No adivinan de qué modelo hablamos? Pues los ecologistas de Adena se lo explican gustosamente. Pero tengan a mano una silla y el frasco de las sales. ¡Cuba!

Así pues, el régimen castrista es el referente ético hacia el que hay que mirar si queremos salvarnos de la debacle planetaria. Tras estudiar las variables de desarrollo humano y consumo de comida y energía por persona, los adenoexpertos han descubierto que sorprendentemente, sólo Cuba tiene en ambos casos niveles suficientes que le permiten ser designado un país que cumple los criterios mínimos para la sostenibilidad. Véase si no, la imagen de un área de venta estatal en La Habana. Las maderas se sostienen firmes y sólidas aunque quizá porque tienen poco que sostener.
No es por fastidiar, pero estoy seguro de que los cubanos estarían encantados si pudieran contaminar un poquito más y consumir alimentos en niveles occidentales, fuera de la cartilla de racionamiento, aunque en vez de en 2050 "la fin del mundo" llegara un par de meses antes. Si no lo hacen no es por un amor desaforado a la diosa Gaia y a instituciones como Adena, sino por el sistema económico que padecen desde 1959.
El estudio ofrece también datos interesantes sobre algo en principio tan difícil de cuantificar como el nivel de felicidad. Desconocemos el sistema de ecuaciones que ha llevado a los adenitas a este resultado –al parecer, el responsable del estudio tampoco lo tiene muy claro–, pero la conclusión es clara. "No sé exactamente a qué se debe este hecho (la buena situación de Latinoamérica), pero sí se puede dar uno cuenta que es allí donde la gente parece más feliz, y quizá se deba a un mayor equilibrio entre desarrollo y medio ambiente", dicen. Después de esto, no quiero ni pensar qué concepto de la "felicidad" tienen los autores del estudio.
Los ecologistas, y en general la izquierda milenarista, se internan en estos berenjenales con la tosquedad de su pensamiento económico, por eso producen estos disparates. Analizan el mundo con una mentalidad de recolectores-cazadores que el resto de la humanidad abandonó con el neolítico. Los alimentos y la energía no están limitados, sino que el hombre, con su capacidad creadora, descubre incesantemente nuevas formas de satisfacer ésas y otras necesidades.
Cuando el principal combustible del mundo era el carbón, los malthusianos ya hacían cuentas de cuándo se acabaría la energía, momento en que sobrevendría la implosión del mundo civilizado. No entraba en sus cálculos que el hombre encontrara otras formas de procurarse suministros. Lo mismo ocurre con la producción de alimentos: con las tecnologías cada vez más avanzadas, incluida la biogenética, cada vez se producen en mayor cantidad por hectárea cultivable.
Puestos a hablar del milenarismo, yo me quedo con la teoría de Fernando Arrabal, infinitamente más documentada que la de los ecologistas. Y sobre todo mucho más seria. Sin comparación.

viernes, octubre 27, 2006

Un japonés recita de memoria 100.000 decimales del número pi

Un japonés de 60 años de edad ha batido este miércoles su propio récord del mundo de memorización del número pi recitando públicamente durante más de 16 horas 100.000 decimales, según anuncian los organizadores del evento. Akira Haraguchi era ya propietario del récord mundial en la materia con 83.431 decimales memorizados. Su nuevo récord comenzó a las 09H00 locales del martes por la mañana y finalizó, sin cometer ningún error, la noche siguiente hacia las 01H30. La prueba se desarrolló en la sala de conferencias de la alcaldía de Kisarazu, en el este de Tokio, con el control de funcionarios municipales y con una pausa de 10 minutos cada dos horas.

"Hay una forma especial de acordarse de los decimales, pensando en nombres que acompañan las series de cifras", explica un empleado municipal. El número pi, que tiene un número infinito de decimales (3,1415926535...) es la constante que da el perímetro de la circunferencia y la longitud de su diámetro. "No he sentido nada especial, solamente vacié todo lo que tenía en mi memoria", comenta el alegre propietario del récord.

Pues nada, chavalín, felicidades. Después de la cura del sida éste era el desafío más importante a batir al que se enfrentaba el ser humano.

jueves, octubre 26, 2006

Isabel II y sus mofletes

Un retrato de la reina Isabel II con corona, los mofletes hinchados y cara de repollo, exhibido en la galería Tate Modern, ha causado cierto revuelo y polémica en la prensa británica. "¿No habrá llevado el pintor un poco demasiado lejos su licencia artística?", se pregunta el diario Daily Mail.
El retrato, una auténtica mierda, la verdad, parece en realidad uno de esos personajes de "comic" del norteamericano Robert Crumb, aunque su pintor, el también estadounidense George Condo, afirma haberse inspirado nada menos que en Velázquez. En el culo de Velázquez, más bien.
"Sus mofletes son la pesadilla de la Reina", declara el artista, citado por la prensa británica. "Al mismo tiempo sonríe. Tiene algo de caricatura y de muñeca" de los años ochenta, afirma Condo, según el cual la soberana británica le atrajo como modelo "por toda la historia que tiene detrás y todas esas joyas".
Condo dice que se le pasó incluso por la cabeza pintar a la reina desnuda, pero se le informó de que no está permitido mostrar así en un lugar público a miembros de la familia real, según declaró a "The Sunday Times".
La obra en cuestión es un encargo de Massimiliano Gioni, uno de los comisarios de la galería, que la colocó junto a una pintura del también norteamericano Jakcson Pollock. Gioni no considera la imagen de Isabel II una "falta de respeto", pero Brendan Kelly, de la Sociedad de Retratistas del Reino Unido ha dicho que es un "retrato malo que da vergüenza ajena".
Según un portavoz de la Tate Modern, la obra de Condo, que estará varios meses expuesta al público, es, sin embargo, "un retrato imaginario".

miércoles, octubre 25, 2006

Comer entre váteres

En Shenzhen (China), tienen un restaurante temático que gira en torno al mundo de los aseos. Los asientos y las mesas son tazas de retrete, se supone que impolutos. Parece ser, por suerte, que no se pueden utilizar para lo que fueron inicialmente fabricados. O sea, para cagar y mingitar y otras manías del ser humano. Lo tienen todo controlado. Menos mal.