Creía que la violaban y se trataba de una película porno
El hombre entró con un sable en mano en casa de su vecino. A gritos le pidió que soltara a la chica, pero grande fue su sorpresa al observar la pantalla del televisor.
James Van Iveren se enfrenta a varios cargos criminales después de que irrumpiera, sable en mano y al grito de "¿dónde la tiene?", en el apartamento de un vecino desde donde escuchó lo que él creía que eran gritos de una mujer violada. El vecino Bret Stieghorst le explicaba a la policía que él estaba viendo un vídeo pornográfico en español, titulado "Casa de culo", y sin griteríos que sugirieran abuso alguno.
El incidente ocurrió la semana pasada en la localidad de Oconomowoc, en el Condado Waukesha (Wisconsin). "¿Acaso los sonidos de actos sexuales consentidos indican que pueda estar ocurriendo un crimen?", preguntaba el fiscal Kevin Osborne durante la audiencia de procesamiento. "Van Iveren golpeó la puerta y la abrió a patadas antes de que el residente tuviese tiempo de abrirla. Eso no me parece una reacción razonable", dice el fiscal.
Van Iveren, de 39 años, ha sido acusado ante un tribunal de Oconomowoc por intrusión criminal, daños criminales, conducta desordenada y todo ello mientras esgrimía un arma peligrosa, en este caso un sable de caballería. El hombre ha quedado en libertad a la espera del juicio que está previsto para el 5 de marzo. Si se le declara culpable podría recibir una sentencia máxima de 33 meses en la cárcel.
Stieghorst, de 33 años, ha dicho que él estaba tan tranquilo disfrutando el vídeo, cuando Van Iveren abrió, a puntapiés, la puerta del apartamento y, a punta de sable, le preguntaba: "¿Dónde está ella?, ¿dónde la tiene?". En su denuncia el vecino dice que Van Iveren se puso cada vez más furioso y que él tuvo que llevarlo en un recorrido por el apartamento para que comprobase que no había allí mujer alguna. Para verificar su descripción del incidente, el vecino pasó parte del video ante los policías, y les dijo que cree que Van Iveren escuchó los gemidos desde su apartamento, un piso más abajo. "Está todo en español, yo no entiendo una palabra de lo que dicen", comenta Stieghorst, "lo compré solo por las chicas calientes". "Y si la excusa (de Van Iveren) es que trató de salvar a una mujer que estaba siendo violada, la verdad es que llegó tarde", agrega, "yo vi el video entre la una y las dos de la madrugada, y él se metió en mi apartamento a las once y media de la mañana".
Por su parte, Van Iveren, que vive con su madre, dice que él escuchó a "una mujer que gritaba pidiendo ayuda" y que, como no tenía un teléfono para llamar a la policía, decidió intervenir personalmente. El hombre tomó el sable que es de su familia, corrió escaleras arriba y entró al apartamento. "Me siento como un estúpido", dice Van Iveren. "Yo fui con la idea de mantener el sable escondido atrás mío, e iba a golpear la puerta. Pero ocurrió lo que ocurrió".
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