Pasarela sensual
Sujetadores con aro y cintas de raso como cierre, diseño de la colección de Andrés Sardá para la temporada Otoño-Invierno 2007-08, presentada en Cibeles (Madrid, España).
¡Pero qué tontería es ésta! Por favor, ya está bien. Por favor. No más mierdas. Un respeto, por favor. P-O-R F-A-V-O-R. Que no somos gilipollas. Que no nos intenten vender la moto. Si se han quedado sin ideas pues que no desfilen más pero payasadas las justas, o al circo joder. Me viene mi pareja a la cama con estas pintas a las tantas de la noche, después de una jornada dura de trabajo, y llamo corriendo a la policía. Pero, por favor, dónde vamos a parar.
Y qué se supone por el día. ¿Encima un vestidito y a la calle? Pero si a muchas, solamente los pezones -cosa natural-, ya se les marcan en la tela y estropean la estética una barbaridad, ¿qué pasará ahora con esos lacitos enormes? Parecerán las tetas del jorobado de Notre Dame. A menos que se suponga que tengan que ir de esta manera a la oficina. Sin vestidito y sin nada. Hala, venga, al libre albedrío.
¿Y el sombrero para qué? ¿Por qué cada vez hacen bragas más pequeñas y sombreros más grandes? ¿Desde cuándo el sombrero es parte intrínseca e inseparable de la ropa íntima? Qué tiene que ver la velocidad con el tocino.
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