sábado, febrero 03, 2007

«GH» chino

El último invento para congregar al cada vez menos respetado «respetable» ante una caja cada vez más tonta viene de China, donde le han dado una vuelta de tuerca al ya clásico «Gran Hermano» para convertirlo en toda una monada.
Explotados los más variopintos escenarios, desde las islas desiertas hasta los autobuses de tercera, la próxima casa de «GH» será la jaula de los monos del zoo de Qinling, una ciudad situada al sur de Xi"an. Un nuevo programa de televisión reunirá a seis concursantes, tres hombres y tres mujeres, que convivirán desde el próximo día 7 hasta el 11 con los 65 primates de este recinto.
Aparte de demostrar a sus semejantes que el ser humano no ha evolucionado tanto como pensaba Darwin, el ganador del concurso se embolsará 11.888 yuanes (1.178 euros), el equivalente a la renta media anual en las ciudades chinas y tres veces más de lo que gana un campesino en todo el año. Sin duda, una auténtica fortuna que animará a participar en el programa, donde sus concursantes sentirán lo mismo que los monos dentro de sus jaulas. Aunque, eso sí, los seis contrincantes del espacio dispondrán durante el día de unas sillas en las que podrán sentarse para que los observe el público que asista al zoo, mientras que de noche dormirán en tiendas de campaña. En cambio, los concursantes compartirán con los simios su comida, por lo que harán alguna monería para que los visitantes del zoo los premien con cacahuetes.
Siempre y cuando se lo ganen con su comportamiento, los concursantes de este «Gran Hermano» serán atendidos durante tres minutos por un psicólogo, cuya ayuda está incluida en el seguro que se les suscribirá hasta superar esta experiencia. Los responsables del proyecto lo justifican argumentando su amor por los animales e insisten en que su intención es transmitir por televisión lo que se siente estando en una jaula, pero lo cierto es que la «telebasura» también ha llegado a la programación china, donde abundan espacios realmente denigrantes.
Además del fenómeno de masas en que se convirtió «Supergirls», la versión china de «Operación Triunfo», su productora, Hunan TV, repitió el año pasado el éxito con «Bianxing». En dicho «reality show», ricos empresarios y pobres campesinos intercambiaban sus vidas y sus casas durante toda una semana. En la actualidad, otro programa selecciona en plena calle a una joven poco agraciada a la que, después de sacarle los colores ante la audiencia, la convierten en una reina de la belleza a base de una sesión de maquillaje y peluquería y un vestuario que la pobre chica jamás podría permitirse.
Eso sí que es humor amarillo, aunque otros lo considerarían más bien una tortura china.

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