I can't help the way I feel
En la imagen la escultura I can't help the way I feel, de John Isaacs, expuesta en la nueva colección Wellcome en Londres, Inglaterra, que tiene como tema central el cuerpo humano. (Bueno, la visión que éste tiene del cuerpo humano es algo enfermiza pero apuesto a que tendrá sus fieles.)
¿A quién cojones habrá cogido como modelo el energúmeno este para hacer una obra tan asquerosamente repugnante y tan... tan... tan gilipollas? Si se trata de su mujer es comprensible que tenga tanta amargura dentro que le fluya por los poros de su repulsivo arte. ¿Acaso a ti te apetecería retozar con semejante mujer elefante y darle amor? Venga, no me jodas. Al amor le darían por culo.
Si se trata de su madre, también es comprensible. A nadie le gustaría salir de las entrañas de semejante bicho. Y mamar de sus tetas para poder crecer y hacerse hombre de provecho. La leche que mane de este monstruo no puede ser potable. E imagínate en la escuela, con lo crueles que son los pequeñajos, blanco de burlas durante larguísimos interminables años. Lógicamente no aprenderías nada pues tu mente no estaría para asimilar conceptos con todos mofándose de ti -desde el compañero de pupitre hasta el director del centro-. Por no aprender, no aprenderías ni a modelar el barro. Y así acabaríamos. Haciendo chorriesculturas.
John Isaacs no nació chorras, la circunstancia le hizo así.
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