Demandas absurdas
El diario 'The Times' ha rebuscado en los archivos judiciales para publicar los 20 pleitos más absurdos de los últimos años. Así, de China, Brasil o Estados Unidos llegan demandas estrambóticas y curiosas como las que siguen a continuación:
En el año 2001, Cathy McGowan, de 26 años, ganó un concurso en un programa de radio por contestar correctamente a una pregunta. Demandó a la emisora porque el premio era un Renault Clio pero, cuando fue a recogerlo, le entregaron un coche de juguete.
En 2004, Frank D'Alessandro, un funcionario judicial de Nueva York, EE.UU., demandó a la ciudad por las heridas que sufrió tras estallar el váter en el que estaba sentado haciendo sus cositas.
También en 2004, Timothy Dumouchel, de Fond du Lac, Wisconsin (Estados Unidos), demandó a una compañía televisiva por haber hecho engordar a su esposa y transformar a sus hijos en "vagos zapperos". "Creo que la razón por la que fumo y bebo a diario y por la que mi mujer sufre sobrepeso es porque vemos la televisión a diario desde hace cuatro años.
En 2005, Pavel M., un preso rumano condenado a 20 años por asesinato, demandó a Dios basándose en que, en su bautizo, firmó un contrato en el cual Dios se comprometía a mantenerle alejado de los problemas. (Esto no es nada extraño por lo que se ve ya que este mismo año, un senador estadounidense demandó a Dios por causar "catástrofes" en el mundo.)
En 2005, una mujer brasileña de 31 años demandó a su compañero sentimental de 38 porque no conseguía que ella llegara al orgasmo -y él sí- terminando habitualmente las relaciones sexuales sin que ella hubiera alcanzado el éxtasis.
El mismo año y por un tema sexual también, el Tribunal de Apelación de Massachusetts (Estados Unidos) tuvo que decidir cuándo es peligrosa una técnica sexual ya que una pareja, que llevaba varios años de relación, practicaba el coito cuando ella, de manera repentina, hizo una brusca maniobra que le fracturó el pene al hombre, que la demandó y requirió cirugía.
En 2006, un joven de Jiaxing, una región cercana a Shanghai, tuvo problemas con la ley del país asiático tras poner su alma a la venta en Internet.
En el presente año, un tribunal de la India tuvo que decidir si un condón vibrador es un anticonceptivo o un juguete sexual. Los condones contenían un dispositivo a pilas. Los denunciantes alegaron que los juguetes sexuales son ilegales en la India.
También en 2007, un padre de Zhengzhou (China), no pudo llamar a su hijo "@" porque, según las leyes chinas, todos los nombres deben poder ser traducidos al mandarín.
Así está, pues, el planeta. Y es que ya en Agosto, este diario británico lanzó un artículo con las 25 leyes más chorras del mundo entre las que se encontraban la clásica prohibición de llamar Napoleón a un cerdo si estás en Francia, la evidente ilegalidad de morirse en el Parlamento británico, o el típico permiso firmado por el marido que necesitan las mujeres en Vermont (EE.UU.) para usar dentadura postiza.
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