Xenofobia vestida de encanto
En el noreste de China, concretamente en la ciudad de Changchun, se ha abierto un restaurante en el que sólo las mujeres pueden comer. Llamado simplemente 'Nushi Canting' ("Restaurante de Mujeres") puede ser visitado por hombres que sientan curiosidad y quieran echarle un vistazo, pero los responsables del local ya les han advertido que no se les servirá ni un puto plato. Su dueño, ¡un hombre!, asegura que pese a los pocos días que lleva abierto ya tiene mucha clientela femenina, sobre todo oficinistas de entre 25/35 años trabajadoras en las proximidades. El establecimiento está decorado con pinturas tanto chinas como occidentales, y detalles supuestamente femeninos como cortinas rosas y violetas, bordados con mariposas y muebles en tonos pastel. Y en relación a lo gastrónomico, de momento la xenofobia no está presente, se ofrece desde pasta italiana a sushi japonés, acompañados por vino tinto y café, bebidas no muy habituales para los chinos pero que les encanta probar en establecimientos con aire occidental.
En relación a este tema, en España, hace pocos días, la Ministra de (In)cultura pregonaba súper satisfecha su única idea hasta el momento tras alcanzar, por tradición en todos los países, siempre tan vilipendiado cargo -en el que suele haber alguien no muy "despierto/a" (y si no: mira el tuyo y compruébalo)-: ¡crear una biblioteca solo para mujeres en la que solo haya libros de escritoras! Fabuloso. ¿Puede haber algo más denigrante para la mujer? ¿Nos estamos volviendo xenófobo-idiotas o idiota-xenófobos? Por qué están tan de moda estas iniciativas tan memas. ¿Qué pasaría si se abriera un restaurante solo para blancos o una biblioteca no autorizada para árabes? ¿Que tal si cerramos las playas a las personas de la tercera edad o a los obesos y obesas y que tengan solo el paso libre la gente guapa de exuberantes cuerpos. ¿Nos estamos volviendo gilipollas? Lamentablemente, sí. Y hace tiempo. Miembros de la Real Academia Española destacaban hace un par de semanas la incorrección del termino "miembra", utilizado por la Ministra de Igualdad también de este país, otra de grandes ideas por lo que se oye. Para ellos, la ministra no cometió un error, sino que utilizó el término "conscientemente", porque es "defensora de todas esas mandangas, de esa confusión de sexo y género". (Grupos feministas que intentan buscar alternativas siempre que hay un nombre que designa una profesión compartida por hombres y mujeres, para lograr que exista un doble término aunque suene de lo más absurdo y te deje como si fueras boba.) Sobre la petición de la Ministra de que "miembra" se incluya en la RAE, los académicos lo tienen claro: "siempre tenemos locos pidiendo cosas peregrinas. Casi nunca nadie está solo en su propia estupidez, siempre tiene acompañantes".
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