215 kilos de factura eléctrica
Patrick Janssen, un consumidor belga, ha pagado su factura de electricidad y gas con 215 kilos de monedas de un céntimo de euro -no se ha detallado el montante exacto de la factura- como protesta por los elevados precios de la energía.
Patrick acudía a la sede que tiene en Amberes la compañía 'Electrabel', la principal empresa de energía del país y una filial del grupo francés Suez-GDF, llevando el dinero en dos carretillas, en un pequeño convoy precedido por un coche y ha explicado que ha realizado la acción como protesta y en nombre de los ciudadanos europeos que tienen que apretarse el cinturón para pagar los crecientes precios de la energía. La empresa, por su parte, ha "mostrado su comprensión" -así lo han expresado, ¡qué desfachatez!- aceptando el pago indicando que se ocupará de la cuestión de forma interna. O sea, que ha cogido el dinero, ha dicho "sí, pobre, lo sé lo sé, la cosa está mu malamente" y cortésmente le han mostrado la puerta de salida a Patrick; y es que a la empresa le suda la polla la protesta de Patrick. Éstas [las empresas] no están nada más que pa trincar. Igual que los políticos. Sí, de cara a la galería queda de fábula lo machote que es el Patrick este pero, lamentablemente, su acción no sirve absolutamente de nada. Y es una lástima porque la fórmula que lo soluciona es similar aunque con herramientas diferentes a las empleadas por este buen pero apocado ciudadano. En vez de uno solo y con dos carretillas los ciudadanos deberíamos ir a ser posible en grupo numeroso y con dos tanques cada uno. El que no tenga tanques a mano, con dos pistolas. ¿Tampoco? Joder, no tenéis de nada. ¿Y dos cuchillos? De cocina mismo. Pues eso, con dos cuchillos. Y no a la compañía, al Parlamento respectivo de cada ciudadano. Y al presidente del país de turno explicarle las cosas pausadamente y bien, con educación: "mire usted, señor presidente, tenemos un problema y es que no nos llega con nuestro sueldo, con perdón, de mierda, para pagar la luz ni el gas ni la gasolina ni... mientras vemos que usted se toca las pelotas tan ricamente y con mucho estilo entre votación y votación. Y esto no puede ser, señor presidente". Seguro que el señor presidente entonces lo entiende y si no lo soluciona presenta su dimisión ipso facto para que otro más preparado y menos inútil ocupe su cargo y ponga remedio. Y es que lo que el mundo necesita es comunicación. Sencillamente. Y para comunicar no basta con abrir la boca. ¿O es que no habéis oído nunca hablar de la comunicación no-verbal? Pues aplicaos el cuento, joder, que no somos niños. Las carretillas para ir a la playa a hacer castillitos de arena.
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