Para llorar
Ru Anting, de 56 años, tiene un súper poder: es capaz de controlar las lágrimas de sus ojos y, por ejemplo, puede escribir con ellas sobre una tela.
Descubrió su líquido talento de pequeño, pero sólo empezó a entrenar su habilidad hace diez años y ahora, gracias a la práctica y al duro entrenamiento, ya es capaz de segregar líquido desde sus ojos a más de tres metros de distancia (a esa velocidad, en un par de siglos y con la mejora de la habilidad, seguro que podrá desintegrar de un disparo lacrimal a los extraterrestres invasores cual láser salino -o al menos enternecerlos para que no nos invadan-). Además, se ha convertido en toda una atracción donde quiera que va y ya ha entrado -no podía ser menos- en el registro "DSJNNS", absurdísimo e impronunciable nombre de una especie de versión china de los récord Guinness -pero en rojo y comunista-.
Su extraña habilidad le permite escribir literalmente con los ojos en una sábana, como en la imagen que se acompaña donde dejó su firma sin inmutarse (ni avergonzarse). Bueno, igual le salió un churro y dijo que ésa era su firma. Si al menos pintara unas Meninas.
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