miércoles, octubre 21, 2009

El kit de la virginidad

Por veinte euros de nada y por muy golfilla que una haya sido se puede volver a ser virgen, o al menos aparentarlo, que si el otro es tonto del culo no se va a enterar de nada. Construido por una empresa nipona, el aparato en cuestión se introduce en la vagina durante veinte minutos antes de la relación sexual para darle tiempo a dilatarse. Así, cuando tu amante te penetre un líquido similar a la sangre se derramará, pero sin exagerar, justo en la cantidad necesaria para simular la ruptura del himen. (Todo queda muy romántico.) El marido podrá así exhibir la sábana blanca con las manchas rojas que demuestran la virginidad de su esposa. La membrana artificial y el líquido no son tóxicos ni tienen efectos secundarios.
El kit está causando furor sobre todo en el mundo musulmán, donde los hombres siguen exigiendo -pobres ilusos- a las mujeres con las que contraen matrimonio que sean vírgenes. (Jo jo, es que me da la risa cuando oigo "este palabro": virgen en los tiempos que corren. Jo jo jo. ¡Pero si a la mínima nos metemos lo primero que pillemos a mano! Tanto monta monta tanto Isabel como Fernando.)
Hasta ahora la solución para engañar al marido era la himenoplastia, la operación de reconstrucción de esa membrana, que cuesta entre 300 y 500 euros en discretas consultas ginecológicas de Oriente Próximo y unos 2.000 en Europa.
Mientras los cirujanos plásticos ven como corre peligro su negocio, teólogos e imanes ya se han movilizado (en Egipto principalmente) en contra del invento.

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