A Robbie Williams se le va la pelota por completo

Después de que el cantante Robbie Williams estuviese pensando muy seriamente en dejar de ser una estrella del pop y hacerse ufólogo a tiempo completo tras quedar completamente abducido con la visita que hizo al Observatorio de Arizona (Estados Unidos), incluso planeando construirse uno propio en el "salón de su casa" por nada menos que 3,3 millones de euros con el objetivo de vigilar los vuelos extraterrestres siempre que quisiese. Ahora el cantante británico está convencido de que la mansión en la que vive con su novia Ayda Field —y que adquirió recientemente por siete millones de libras— está habitada por el espíritu de Catherine Parr, la última esposa del rey Enrique VIII.

"Creo que hay fantasmas. No he visto ni oído nada pero, definitivamente, he sentido algo", explica el artista. "Es la vieja casa de Catherine Parr. De hecho, no estamos en la antigua casa, sino en su establo". (Repitamos la jugada: el fantasma de Catherine deambula por la que fue la casa de Catherine, aunque en verdad no es su casa y además, nunca he visto ni oído al fantasma de Catherine pero indudablemente Catherine está aquí.) Si esto no es írsele la pelota a alguien que baje dios y lo vea.

Y es que los contactos parasubnormales de Robbie son de mucho cuidado. Por ejemplo, su obsesión alienígena le viene porque los extraterrestres le han visitado en tres ocasiones. El último encuentro ocurrió mientras estaba echado en su tumbona por la noche y le pasó por encima "una cosa cuadrada que desapareció al instante". (Repitamos la jugada para aquellos que no sepan leer entre líneas: estaba echado a la bartola sobre la tumbona -imagino que con una cervecita en la mano y otras tantas en el estómago- y una cosa cuadrada (¡una cosa!) me pasó por encima así: fiiiiiiiiiuuuuuuuuuuuuuu, y desapareció ipso facto.) Tremendo testimonio. ¡Y los del proyecto SETI sin enterarse de una mierda con el jaleo que hay en los cielos!