jueves, marzo 25, 2010

Intenta suicidarse metiéndose un calabacín por el culo

Un hombre de 62 años ha tenido que ser trasladado de urgencia a un hospital de Hong Kong (China) después de que intentase quitarse la vida introduciéndose un calabacín por el recto (para ignorantes = el culo).
Cuando la hija del viejo suicida regresó al domicilio sobre las 10:40 de la noche y se encontró a su padre tendido en el suelo nadando en un charco de sangre y con el ano seriamente deteriorado de inmediato avisó a los servicios médicos que lo trasladaron al complejo sanitario más cercano decúbito prono, por supuesto (para ignorantes nuevamente, decúbito prono = boca abajo), donde los doctores tuvieron que intervenirle para extraerle el calabacín de las profundidades anales, donde el abuelo, con suma pericia autodañina, se lo había colocado provocándose un severo desgarro rectal y un estropicio anal generalizado.
Al ser preguntado, el hombre explicó muy tranquilamente a todos que intentaba quitarse la existencia según un viejo rito ancestral (como el Harakiri japonés, vamos, pero donde el calabacín sustituye a la daga y el culo al estómago, lo demás todo igual de oriental...)
Por si alguno quiere morir con honor, a saber: Con el culo en pompa, rezas tus oraciones, después coges el calabacín y tras confesar tu culpa hundes el vegetal en el centro del culo, desplazándolo lentamente hacia dentro pero efectuando una ligera ascensión (ascendente). Si el destripamiento anal se hace voluntariamente, es decir, actúas según el dictado de tu conciencia culpable en lugar de por mandato del emperador -si en tu país no hay emperador, pues por mandato de tu presidente, yo qué sé: Zapatero, Fernández de Kirchner, Chávez, Fidel...-, tu honor se considera restituido y todas tus posesiones pasarán a manos de tu familia. Por el contrario, si el Calabakiri -que es como se llama esta práctica oriental- viene ordenado por el emperador -o tu presi, yo qué sé: Obama, Piñera, Felipe Calderón...-, entonces la mitad de las posesiones del muerto quedan confiscadas por el Estado. Así son las tradiciones y las duras normas del Calabakiri pero...
Morir con el honor inmaculado y con el orgullo -y el orculo- bien alto -esto sí, algo maculado-. ¿Hay algo más noble? No me entra en la cabeza.

1 comentarios:

Blogger noveldaytantos ha dicho...

La verdad es que lamento profundamente que el tío no haya muerto. Total para lo que vale en vida...

6:16 p. m.  

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