60 horas

El ilusionista David Blaine se ha mantenido 60 horas continuadas de chorrada colgado boca abajo en Central Park. Blaine, de 35 años, ha terminado su desafío iniciado este pasado lunes al ser colgado de los talones sobre la pista de hielo de Central Park. (¿El ilusionismo no era hacer desaparecer cosas, efectos ilusorios con apariencia mágica, juegos de manos, trucos,... pero esto?)

En fin. Yo me quedo con éste.

Próximo desafío lanzado desde aquí: ídem pero colgado de los cojones.

Y esta mierda pa qué sirve ¿?

El físico británico Stephen Hawking ha sido el encargado de inaugurar en la Universidad de Cambridge un reloj que algunos consideran el más extraño del mundo. (Y yo, una mierda. ¿A quién creéis?)

El estúpido ingenio no tiene números ni manecillas, pero en su esfera -chapada en oro- hay 60 hendiduras, que se iluminan para indicar la hora. (Bueno, esto último...) Sobre él se desplaza un enorme saltamontes, bautizado como 'cronófago', o 'devorador del tiempo'. Cada paso que da, marca un segundo y sus movimientos generan destellos de luces azules que viajan por la esfera hasta detenerse en la hora exacta. Pero el reloj ¡sólo indica la hora con precisión cada cinco minutos! Durante ese espacio de tiempo, las luces sólo sirven para adornar. (Sinceramente, hasta aquí, menuda payasada. Sigo indagando a ver si realmente este reloj que ni da la hora sirve para algo -yo qué sé, para viajar en el tiempo y que al menos así compense su inutilidad supina- y descubro que...) En la fabricación del reloj, ha trabajado un equipo de ocho ingenieros y artesanos ¡durante cinco años! ¿Ingenieros? ¿Ocho (mentes elegidas)? ¿Cinco años?: ¿Y no han conseguido crear un reloj que dé la hora na más que cada cinco minutos y sufriendo? Espero que al menos no hubiera ninguno suizo. (Lo único que nos falta es que a nuestros científicos e ingenieros les dé también por sumarse al mundo de la chorrada que vemos aquí casi a diario y pete el planeta ya del todo.)

La cosa esta -me niego a llamar reloj a algo semejante- ha costado encima ¡1,8 millones de dólares! (¡¡Y la gente muriéndose de hambre a miles por segundo en el mundo!! Pero esto el reloj no puede saberlo ni marcarlo porque el reloj no sabe ni dónde cojones tiene el sentido.)

Su creador, John Taylor, destacado especialista en la medición del tiempo -bueno, yo lo dudo. Cómo puede ser especialista en la medición del tiempo alguien que no sabe crear con casi 2 millones de dólares de presupuesto un reloj que funcione bien- dice que su intención es fomentar el interés en este ámbito científico. (¿El de los relojes que casi no van?)

Taylor ha diseñado el aparato este como homenaje, afirma, al fabricante de relojes inglés John Harrison, quien resolvió el problema de la longitud en el siglo XVIII. (Pues, menuda chapuza de homenaje. O eso, o se ha burlado de él en su propia tumba o aquél era tan incompetente como éste y no resolvió una mierda.)

Harrison también inventó el escape saltamontes, un pequeño dispositivo interno que libera el engranaje de un reloj cada vez que oscila su péndulo.

Taylor, de 72 años de edad (igual aquí está la explicación: ¡72 años son muchos años! y las mentes se enturbian), dice que su saltamontes también sirve para recordar que "el tiempo es un destructor: cada minuto desaparece algo que uno no puede recuperar jamás". (Eso está claro: ni la hora.)

El inventor le ha regalado el reloj a Corpus Christi, el colegio en que estudió en la década de 1950. Y se han puesto locos de contentos. (Los alumnos no, claro, porque temen que cuando llegue la hora del recreo o de salir nadie se entere y queden ahí: atrapados en el tiempo.) Y en Youtube encontraréis un video que detalla toda esta tontería al segundo y que me lo he mirado de principio a fin a ver si el reloj -que ni sirve para decorar porque funcionando es todavía más feo- hacía algo que mereciera cierta dignidad (hubiera aceptado aquí como digno hasta que hiciera ruidos obscenos grabados: pedos, eructos y demás a cada paso del segundero), pero no: así que me niego a poner semejanta memez de vídeo en este patético blog. Miradlo si queréis pero es todavía más lamentable que la redacción de esta entrada y no aporta nada.

En fin. Conclusión: Anda que no haría yo cosas más interesantes y aprovecharía mucho mejor el tiempo con dos millones de dólares.

Jonathon Sharkey 'El empalador', candidato a La Casa Blanca

Jonathon Sharkey, de 42 años, conocido como "el Empalador", que asegura que "nadie le controla", a diferencia del resto de candidatos a la presidencia estadounidense a los que describe como "marionetas", se describe a sí mismo como un vampiro satánico sanguinario, pero "muy honesto".

Candidato a la presidencia de Estados Unidos, ha prometido hacer regresar las tropas de Irak en el caso de ser elegido; aunque claro, también anuncia que empalará a los terroristas, e incluso a George W. Bush, si llega a la presidencia.

"Hay un rumor que dice que Hillary Clinton es una verdadera bruja, como yo", asegura Jonathon, que también cuenta con su propia película.

Afirma beber sangre humana y admite que recibe amenazas de muerte cada día; si bien han sido otras amenazas, las que él profirió contra el actual presidente Bush, las que le han causado verdaderos problemas: los servicios secretos le han investigado a él y a su mujer, de 19 años, preguntándole por sus deseos de "empalar al presidente".

Al futbolín bajo el agua

La submarinista Christine Dirlewanger jugando al futbolín en una urna llena de agua en Kassel (Alemania). La escuela de submarinismo Delphin intenta conseguir un nuevo récord del mundo en futbolín bajo el agua. Alrededor de 120 personas han participado en esta inmersión en la que una pareja se enfrenta durante tiempos de 30 minutos.

Hay que ser un poquito torpe...

...para que una mujer de 33 años haya conseguido hacerse pasar por una muchachita de 15, matricularse en un instituto y entrar en el equipo de animadoras.

La mujer de la imagen no es la protagonista de la historia real pero sirve para mejor ilustrar lo gilialelados que deben ser en el Ashwaubenon High School para que una estadounidense de 33 años haya sido detenida (¡oh, milagro!) tras ser denunciada por robar la identidad de su hija para ingresar en el instituto y apuntarse al equipo de animadoras.

Wendy Brown ha sido acusada de falsa identidad al conocerse que se matriculó en el Ashwaubenon High School como si fuera su hija de 15 años, que reside en el estado de Nevada con su abuela materna.

La querella dice que Wendy admitió haber mentido sobre su edad porque quería obtener el diploma escolar y participar de las actividades de las cheersleaders porque no pudo disfrutar de eso durante su adolescencia. Además, la mujer ha reconocido que durante el tiempo en que engañó a las autoridades escolares participó de diversas actividades con las otras animadoras, se le dio una llave para un armario donde poder dejar su uniforme (y unos tampones para su primera regla) e, incluso, acudió a una fiesta en la piscina de la entrenadora. Lástima que el cheque de 134 dólares que Wendy dio a ésta para pagar su uniforme resultase no tener fondos porque si no aún estaría disfrutando de su rejuvenecida experiencia vital sin más contratiempo.

Kim Demeny, una empleada de la escuela (que, obviamente, como sus compañeras/os necesita gafas y ser un poco más competente en sus tareas laborales), ha comentado a las autoridades que Wendy parecía muy tímida y que le dijo que no era buena en matemáticas. También llegó a llorar cuando le habló de su traslado desde la escuela Pahrump Valley, en Nevada, pero que se comportaba como una estudiante de secundaria. (¡Ay, dios! Menos mal que sólo quería ser animadora y no organizar una matanza.)
En la querella presentada se afirma que no es la primera vez que esta mujer es denunciada por robar la identidad. (Visto el éxito, no sería de extrañar que ahora se apuntara a un jardín de infancia.)

La ley soy yo

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano de gobierno de los jueces españoles, imponía por unanimidad ayer miércoles al titular del juzgado de lo Social número 3 de Toledo una multa de 5.000 euros por abuso de autoridad y desconsideración con los funcionarios y otra de 2.500 euros por multar de forma injustificada a su secretario judicial. Y es que este juez acostumbraba a orinar en los lavabos de su despacho con la puerta abierta mientras dictaba resoluciones, y los funcionarios, a quienes trataba "como si no fueran personas", se quejaban de su hedor corporal. No harto con eso, el magistrado solía pronunciar en el juzgado frases como "la ley soy yo" y "aquí se hace lo que digo" e incluso una vez mandó a un funcionario a comprarle una docena de huevos. ¡Con dos cojones! (Eso sí, éste se negó a hacerlo y no tomó represalias. Qué decepción. Se ve que la fuerza la perdía por los podridos poros de su cuerpo.) Y es que la situación llegó a tal extremo que alguna que otra funcionaria decidió colocarse un fular en la boca y nariz para apaciguar el nauseabundo olor que emanaba de este portento de la Justicia con mayúsculas y una de ellas se vio obligada a salir del despacho para vomitar fuera debido a la repulsión que le producía ese ambiente y comportamiento de tan peculiar juez.

Añadir a todo lo contado una profunda halitosis, falta de limpieza en ropas y aseo, hurgarse de manera indecorosa en los pies, oídos o nariz en presencia de sus ayudantes,... Así, nada más llegar el magistrado a su despacho se dirigía con un "¡venga, a darle a la manivela!" al funcionario encargado de copiar el dictado de las sentencias. En un tono autoritario, conminativo, altisonante y a gritos daba órdenes como "¡vengaaaa!, ¡quitaaaa!, ¡cortaaaa!, ¡copiaaaa!, ¡negritaaa!". Ese trabajo se realizaba en su despacho, con una separación mínima, unos ochenta centímetros, entre el juez y el funcionario de turno, por lo que éste se veía forzado a soportar su tremebunda halitosis y mal olor general.

El trato diario también se ve distaba mucho del que se puede considerar mínimamente correcto, habiendo llegado a decir de manera despectiva a una funcionaria que se quejaba por la contaminación del ambiente del despacho por el humo del tabaco, que estaba gorda o que él también querría que le abanicase un negro. Y cuando una funcionaria asmática se quejaba por el frío producido por el aire acondicionado, le espetaba que "peor están los albañiles que tienen que picar".

Las bolsitas de té y la cortina

La artista alemana Renate Schweizer mostrando un recipiente lleno de bolsas de té usadas, en Karlsruhe (Alemania).

Para el año 2015, que coincide con el 300 aniversario de Karlsruhe, Schweizer espera haber reunido 285.000 bolsitas de té, una por cada ciudadano (en verdad, y a día de hoy, son 286.327 habitantes). Y supongo que añadirá alguna de reserva por si quiere hacer la estupidez bien y en el último día hay algún nacimiento: incorporarla en el último suspiro y que realmente sea una por ciudadano. Y es que en este oscuro mundo de la tontería, y aunque chorrada, hay que tenerlo todo estudiado hasta el mínimo detalle si queremos bordar el esperpento. Para ello no escatimará esfuerzos durante los próximos siete años de su vida -en los que no va a hacer nada más- e irá hogar por hogar (con derecho o de intrusa) revolviendo en la basura de cada Karlsruheño: escudriñando. A la caza de la bolsa. ¡Te pillé!

Una vez conseguido el reto, Schweizer hará una cortina gigante con ellas como colofón final, la guinda del pastel, los fuegos artificiales de la fiesta, el punto cúlmine de la gran obra.

¡Qué ocurrencias! Qué bonito to.

El tatuador de cerdos

Wim Delvoye se autodefine como un excéntrico artista belga. Aunque ya será menos. Lo de artista.

Un buen día, se instaló en una granja china, contrató a un pequeño grupo de granjeros y tatuadores, y comenzó a tatuar cerdos a diestro y siniestro. Como un poseso.

Antes de ser tatuados los porcinos son sedados y luego criados hasta que mueren de causas naturales. Así el esfuerzo de la chorrada tatuadora merece la pena.

Para algunos podría ser calificado incluso como maltrato animal...
(tampoco es para tanto, es simplemente una estupidez como tantas otras y poco más -aunque es seguro que los bichos no disfrutan tanto como él-)
...pero para el extrovertido Wim Delvoye lo suyo es puro arte.
Un don cuasi divino, seguramente.
Tocado por la gracia del nauseabundo genio. No hay palabras para definir su talentosa aptitud.

El artista belga ha criado durante varios meses ocho cerdos para, posteriormente, decorar sus porcinos cuerpos con diversos tatuajes alusivos al Cristianismo (como siempre los cristianos como objeto de burla y sacralización, ¿a qué no le tatúa un mahoma al cerdo? Uno pequeñito. Que casi ni se vea. Es que lo del cristianismo está ya más visto que el cagar en estos "artistas" transgresores progres. A ver si innovan, si evolucionan,...). También les ha tatuado efigies satánicas o, incluso, los conocidos personajes de animación inmortalizados por Walt Disney. ¿Algún trauma infantil? En fin, como veis, más de lo mismo: cristianismo pasado por el culo de lo absurdo, Walt Disney pisoteado y rebozado en el fango de la ridiculez,... No se cansan de repetir la payasada. Le cambian la forma pero el vacío fondo se repite hasta la saciedad.

Tras llevar a cabo este proceso, en el que trató a través de una pantalla solar de que los animales no se broncearan, ahora se expondrán en el Centro de Exposiciones de Shanghái. Los organizadores advirtieron al artista que aceptarían este propósito "siempre y cuando los cerdos se abstengan de defecar en las instalaciones" -Del "artista" y su actitud anal no dicen nada así que igual él sí puede cagarse en las instalaciones-. (Para los puercos, pues un tapón en el recto y punto. O una soldadura anal a fuego lento y tirando. Además, hablamos de China. Si se pasan con sus mierdas, pues los ejecutamos y en paz. -Si no hay libertad para las personas, ¡joder, que aquí hablamos de un "puto" cerdo!, no vamos a andar con descabellados y cochinos miramientos, menos todavía: ¡Al paredón comunista y luego al cine a ver una de Jackie Chan!)

La manera de concebir el arte por parte de Delvoye le ha dado reconocido prestigio. Y es que en esta chorrada de planeta todo el mundo tiene posibilidad de escalar muy alto y tocar el cielo de la tontería. Entre otras obras de arte se encuentran las famosas vidrieras góticas realizadas a través de radiografías procedentes de cuerpos humanos.

Se va la luz en el templo y se acaban casando con quien no es

El incidente ha tenido lugar en el templo Sri Subramaniaswami de la localidad de Periyakulam, región de Tamil Nadu, cuando se celebraba una boda "masiva", como es común en el sur de la India, en la que participaban cuarenta parejas.

Justo cuando llegaba el momento en que los novios han de colocar simultáneamente los 'mangalsutras' o collares sagrados en el cuello de sus novias, un gesto que marca el fin de la ceremonia matrimonial hindú, hubo un corte de luz en el templo, abarrotado de gente, sembrando el caos ceremonial.

Así, en medio de la oscuridad y la confusión, Veerachamy, en lugar de poner el collar a Subbulakshmi, su novia, se lo colocó a la mujer de al lado y lo mismo le pasó a Balamurugan, para consternación de su prometida, Sivakami.

El error fue detectado enseguida, y en ese momento, para paliar la chapuza, otra chapuza mayor: los responsables del templo improvisaron una 'parikara puja', una especie de rezo "corrector", que permitió retirar los dos 'mangalsutras' para colocarlos en los cuellos de las novias correctas. (Habría que ver en el libro de reglamento si realmente existe esto del parikara o se lo han sacado de la manga por todo el morro los sacerdotes hindúes para tapar su incompetencia.)

Los responsables del templo se han excusado explicando que éste estaba saturado de gente ya que las cuarenta parejas habían acudido a casarse acompañados de amigos y parientes. (Si no sabes, no te metas.)

Bendita gracia, bendito arte

El "artista" asiático Terence Koh es el autor de una imagen por la que tendrá que responder ante la justicia por atentar contra la moral y las buenas costumbres.

Y es que la comunidad cristiana de Gran Bretaña ha mostrado con toda lógica su sorpresa e indignación después de que un museo británico haya expuesto esta bazofia de obra con la imagen de Jesucristo con una erección. (En la muestra, también aparecen de la misma manera E.T. y el ratón Mickey Mouse, lo que nos da una idea de que este "artista" no ha hecho en su mísera vida ni una boñiga de plastilina que bien merezca la pena resaltar.)

La mierda de exposición del fenómeno de las artes éste se denomina 'Gone, Yet Still' y se muestra en el Centro Báltico de Arte Contemporáneo en Gateshead, en el noreste de Inglaterra, donde, a modo de ejemplo, una mujer llamada Emily Mapfuwa asegura que se sintió herida en sus sentimientos religiosos iniciando medidas legales y añadiendo, además, que el museo no se habría atrevido a exhibir a Mahoma de esa manera. -De eso, seguro. No cabe la menor duda.-

Por su parte, el museo ha confirmado que se ha presentado una demanda civil contra la exposición. La pena máxima por el delito es 5.000 libras de multa y de seis meses de cárcel. (A ver si hay justicia y envían al asiático y al director de tan "prestigioso" museo al trullo: a reflexionar un poco y a jugar a jabones en las duchas con los demás reclusos. Seguro que allí no tendrán que recurrir a fantasías erótico-sacrílegas y bajo el agua viven una auténtica experiencia religiosa.)